(desde los 6 hasta los 18 años)
Los años escolares son muy importantes para la vida de todo niño. Los padres quieren ver a sus hijos triunfar en la escuela y la mayoría de ellos hace todo lo que se encuentra a su alcance para proporcionarles las mejores oportunidades educativas. Pero muy a menudo pasan por alto una de las principales herramientas del aprendizaje, la visión del niño.
A medida que los niños progresan en la escuela, se enfrentan con mayores exigencias para sus capacidades visuales. El tamaño de la letra en los libros escolares disminuye, y el tiempo que le dedican a la lectura y al estudio se incrementa. El aumento tanto de trabajo en el aula como en el hogar supone importantes exigencias para los ojos de los niños. Desafortunadamente, las capacidades visuales de algunos estudiantes no son óptimas.
Cuando ciertas habilidades visuales no se han desarrollado, o no están desarrolladas apropiadamente, el proceso de aprendizaje es difícil y estresante, y los niños generalmente:
- Evitarán tanto como puedan la lectura y otras tareas visuales.
- Intentarán llevar a cabo las tareas pero con un bajo nivel de comprensión o eficiencia.
- Experimentarán incomodidad, fatiga y disminución en los períodos de atención.
Algunos niños con dificultades en el aprendizaje presentan ciertas conductas de hiperactividad y distracción. A estos niños con frecuencia se los clasifica como niños que sufren de "Trastorno por déficit de atención con hiperactividad" (TDAH). Sin embargo, problemas visuales que no han sido detectados y que no son tratados pueden provocar indicios o síntomas comúnmente atribuidos al TDAH. Debido a estas similitudes, algunos niños pueden ser diagnosticados erróneamente con TDAH cuando en realidad sufren problemas de la vista que no han sido detectados.
La visión cambia con frecuencia durante los años escolares, por lo tanto el cuidado visual y ocular es importante. El problema visual más común es la visión de cerca o miopía. No obstante, algunos niños sufren otros tipos de errores de refracción como hipermetropía y astigmatismo. Además, la existencia de problemas en el enfoque, el seguimiento y la coordinación del ojo puede afectar el rendimiento en la escuela y en los deportes.
Los anteojos o los lentes de contacto pueden proporcionar la corrección necesaria para muchos problemas visuales. Sin embargo, un programa de terapia visual también podría ser necesario para contribuir al desarrollo o mejora de las habilidades visuales.
Habilidades visuales necesarias para triunfar en la escuela
La visión es más que simplemente la capacidad de ver claramente, o de tener una agudeza visual 20/20. Es también la capacidad de comprender y reaccionar frente a lo que se ve. Algunas de las habilidades visuales básicas son la capacidad de enfocar los ojos, de utilizarlos conjuntamente y de moverlos con eficacia. Otras habilidades de percepción son:
- reconocimiento (la habilidad de diferenciar letras como "b" y "d"),
- comprensión (crear una imagen mental de lo que está sucediendo en una historia que leemos) y
- retención (ser capaz de memorizar y recordar detalles sobre lo que leemos).
Todo niño debería contar con las siguientes habilidades visuales para lograr una eficaz lectura y aprendizaje:
- Agudeza visual: es la capacidad de poder ver con claridad a distancia al leer un pizarrón, a distancia intermedia al usar una computadora, y de cerca al leer un libro.
- Enfoque del ojo: es la capacidad de mantener, rápidamente y con precisión, una visión nítida cuando la distancia entre uno o más objetos varía, como por ejemplo al mirar del pizarrón al pupitre y luego al pizarrón nuevamente. El enfoque del ojo le permite al niño mantener con facilidad una visión nítida por mucho tiempo, como por ejemplo cuando lee un libro o realiza una redacción.
- Seguimiento visual: es la capacidad de mantener los ojos en el objetivo al mirar de un objeto a otro, al leer o al seguir un objeto en movimiento con la vista, como por ejemplo una pelota.
- Coordinación ocular: es la capacidad de coordinar y utilizar los ojos conjuntamente al leer y de calcular distancias y ver en profundidad al realizar actividades deportivas o en el aula.
- Coordinación ojo-mano: es la capacidad de utilizar información visual para controlar y dirigir las manos al dibujar o al tratar de pegarle a una pelota.
- Percepción visual: es la capacidad de organizar las imágenes de una página impresa en letras, palabras e ideas, y de comprender y recordar lo que se está leyendo.
Si el niño carece de o no desempeña de manera apropiada alguna de estas capacidades visuales deberá forzar su vista, lo cual puede producir dolores de cabeza, fatiga u otros problemas de cansancio ocular. Los padres y profesores deben estar alertas a síntomas que puedan indicar que el niño sufre problemas visuales.
Señales de problemas oculares y visuales
Un niño podría no darse cuenta de que sufre algún problema visual si cree que la manera en que ve es la manera en que todos ven.
Las señales que pueden indicar que el niño tiene un problema visual incluyen:
- Frotarse los ojos o parpadear frecuentemente.
- Breve período de atención.
- Evitar la lectura y otras actividades que requieren visión cercana.
- Dolores de cabeza frecuentes.
- Cubrirse uno de los ojos.
- Inclinar la cabeza hacia un lado.
- Sostener los materiales de lectura muy próximos al rostro.
- Desviación de un ojo con respecto al otro.
- Visión doble.
- Perder el rumbo al leer.
- Dificultad para recordar lo que se ha leído.
¿Cuándo es necesario un examen visual?
Desafortunadamente, los padres y educadores generalmente suponen que si un niño aprueba un control escolar de la visión no existen problemas visuales. No obstante, muchos controles escolares de la visión sólo evalúan la agudeza visual a distancia. El hecho de que el niño pueda ver 20/20 no significa que no sufra ningún problema visual. En realidad, las habilidades visuales necesarias para una lectura y aprendizaje exitosos son mucho más complejas.
Incluso si el niño aprueba el control de la visión debería someterse a un examen completo de la vista en caso de que:
- Demuestre alguno de los indicios o síntomas de problemas visuales explicados anteriormente.
- No desarrolle plenamente su potencial.
- Alcance un grado mínimo de su potencial, pero con demasiado tiempo y esfuerzo.
Los cambios en la visión pueden ocurrir sin que usted o su hijo lo note. Por lo tanto, su hijo debería realizarse un examen visual al menos una vez cada dos años (en caso de que existan problemas específicos o factores de riesgo, o si lo recomienda su optometrista, deben realizarse con mayor frecuencia). Cuanto antes se detecte y se trate un problema visual, más posibilidades habrá de que el tratamiento tenga éxito Cuando sea necesario, su optometrista puede recomendarle tratamiento, como anteojos, lentes de contacto o terapia visual, con el fin de corregir todo tipo de problemas visuales.
Visión en el deporte y protección ocular
Los juegos y deportes al aire libre son placenteros y una parte fundamental de la vida de la mayoría de los niños. Ya sea al jugar en el patio trasero o al participar en deportes en la escuela, la visión posee un papel importante en el buen rendimiento de un niño.
Las habilidades visuales específicas necesarias para los deportes son:
- Visión lejana nítida.
- Buena percepción de la profundidad.
- Amplio campo visual.
- Eficaz coordinación ojo-mano.
Un niño que constantemente falla en ciertas habilidades en la práctica de un deporte, como por ejemplo, si en repetidas oportunidades golpea el aro de básquetbol o batea tarde en béisbol, podría tener un problema visual. El niño continuará teniendo un bajo rendimiento si sus habilidades visuales no están lo suficientemente desarrolladas. La corrección de problemas visuales mediante anteojos, lentes de contacto, o mediante un programa de ejercicio ocular llamado terapia visual, puede mejorar las habilidades visuales y mejorar el rendimiento de la visión en los deportes.
Los estudiantes que practican deportes deben tener muy en cuenta la protección ocular, especialmente si se trata de deportes de alto riesgo. Cada año miles de niños sufren lesiones oculares relacionadas con los deportes, las cuales podrían evitarse utilizando anteojos de protección apropiados. Por este motivo es tan importante que todos los niños usen anteojos de protección siempre que practiquen deportes. Otras actividades riesgosas también requieren protección ocular, como por ejemplo cortar el césped y podar plantas.
Los anteojos recetados o lentes de contacto no pueden reemplazar anteojos especialmente diseñados para la protección de los ojos. Los atletas deben usar anteojos de protección para la práctica de deportes diseñados especialmente para proteger los ojos. Su optometrista puede recomendarle anteojos de protección para la práctica de deportes específicos que le proporcionen el nivel de protección necesario.
También es importante que los niños protejan sus ojos del daño que causa la radiación ultravioleta emitida por el sol. Los anteojos de sol son necesarios para proteger los ojos en exteriores, y algunos diseños específicos para deportes incluso pueden mejorar el rendimiento deportivo.
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